viernes, 6 de enero de 2012

El Lápiz y El Sacapuntas

"Será que la mayoría escribimos la historia de nuestra vida improvisando sobre la marcha, pero otros parecen tener vidas que ya están diseñadas y planificadas. Son ineludibles, perfectas como un círculo."
                              Theresa. "Mensaje en una Botella"


     Ella improvisaba. Él ya había descubierto la cuadratura del círculo.
     Ella tenía picos emocionales. Él era la estabilidad.
     Ella escribía. Él sacaba cuentas.
     Ella reflexionaba. Él caminaba.
     Ella cantaba. Él bailaba.
     Ella buscaba el amor. Él presumía de ya conocerlo.
     Ella quería indagar en los por qué. Él ya tenía su cómo.
     Ella anhelaba otra vida. Él vivía la suya alegre.
     Ella se comía su mundo de oportunidades. A él su mundo de carencias le engullía.

     Y el destino los juntó..
     Cuando no eran nadie.

     Él decía Sí, cinco minutos. Ella decía No, me voy.
     Él la enseñó la grandeza de amar. Ella la importancia de querer además.
     Él la hablaba de intimidad. Ella del exterior.
     Él quería que aprendiera a cocinar. Ella le aceptaba como era.
     Él la mostró los caminos del perdón. Ella que se puede hablar de sentimientos.
     Él la hizo una propuesta.. y juntos inventaron un mundo maravilloso.

     Se olvidaron del tiempo.
     Del pasado.
     De ellos mismos.
     En un vuelo único. (No importa cuántas vidas le toque a uno vivir, decía Robert Kincaid)

     Pero los grandes amores también tienen grandes finales.
     Él quiso gritar su verdad. Ella ya no le escuchaba.

    Se perdieron por miedo a perderse.
    Se acompañaron a estar solos.

     Ella retomó su vuelo. Él puso sus pies en el suelo de nuevo.

     Y así, cada uno por su lado, descubrieron que el amor es eso que todos buscamos y pocos llegan a encontrar.
     Eso que, si te llega, has de asir con fuerza y no dejar ir.

     Eso que ella y él tuvieron.. lo que cambió para siempre su universo.

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