miércoles, 23 de septiembre de 2015

El hilo invisible que nos une

"Si quieres algo, déjalo en libertad.
  Si vuelve a ti será tuyo para siempre
  Si no regresa, no te pertenecía desde el principio"
 
No recuerdo donde oí por primera vez esa frase, creo que en alguna película, porque es de las películas de donde saqué las grandes mentiras de mi vida.
Tardé en comprender que los guionistas vuelcan sus imposibles en ellas mientras te lo venden como el ideal a conseguir.
No existe.
No existe el amor sin rutina
No existe el amor sin que el otro se tire pedos.
Sin que haya momentos en los que quieras romper con todo
Con todo lo que ayer duró dos horas con palomitas y parecía eterno.
 
En cambio esa frase hizo un click en mi cabeza y sentí que al menos en parte era verdad, así que en aquella época que tu vida parecía una novela de aventuras, ingenio y sueños a borbotones, cual si fuera una actriz de las adoradas al borde del acantilado, con el viento levantando mi cabello muy estratégicamente
me prometí que viviría las relaciones que me tocaran de acuerdo a esas palabras
y sobre todo cuando el miedo a la pérdida me invadía, y aun lo hace, el eco de "si vuelve a ti..." me ayudaba a seguir en mí.
 
Existe un hilo invisible que une a las personas, y vivir en libertad sabiendo que ese hilo permanece es la mayor de las magias, de la vida real y no de las películas.
Saber que si esa persona no regresa a pesar de tener billete de vuelta es la mejor opción, la única también, pero la mejor..
¿le querrías a tu lado de otra forma?
 
La experiencia me ha mostrado que ese hilo no está al control de nadie, podemos cuidarlo pero solo él decide el momento de romperse.
Y cuando eso ocurre nada lo arregla,
ni aferrarse
ni desear
ni luchar
ni obligar al otro
ni exigir que esté a tu lado día y noche
Cuando ese hilo se rompe te toca cargar con tus bártulos e inventar un nuevo camino,
reinventarte.
 
Por eso es mejor vivir conociendo la fragilidad de ese hilo y no buscar que sea eterno,
permitir que el otro se vaya quizá para no volver
irnos persiguiendo nuestros sueños y esperar que el otro siga ahí a la vuelta
Si el hilo es fuerte
si está bien amarrado
y cuidado
la esperanza será que no se rompa
Pero quien sabe.
Aun así, coge el avión, anda sin mirar atrás, salta al miedo, sumérgete en aquello que te llama, lo que te hace feliz a ti.
 
Y si no vuelve, no te pertenecía.
Pero eso no es tan malo.
Tú sigues aquí.