sábado, 25 de mayo de 2013

Ensayo sobre la lucidez

"Así que sí. Me cago en ti Mariano. Me cago en ti."

El mundo está loco. Míralo.
Gente que se queda sin trabajo, sin casa, sin vida, porque hay que recortar.
Médicos que dejan morir a pacientes porque no tienen papeles.

Para.

¿Morir porque no tienen papeles?
Sí.
Pero, ¿y su juramento hipocrático?
Lo tienen congelado.
Firmado: Mariano Rajoy I, el grande.

Familias con niños que salieron de embarazos con malformaciones, ahora sin ayudas económicas.
Te hago la ley y luego te hago comerte la trampa.
Firmado: Alberto Ruiz Gallardón.

Políticos que roban y aun así se creen con derecho a llevar la cabeza alta, y un pueblo que soporta.
Llega un momento en que el silencio se convierte en traición.
Firmado: Martin Luther King.

Yo tengo una persona que aprecio.
Y vive en un país cuya cabeza visible se llama Fidel.
Él antes no dejaba salir a sus compatriotas de su tierra.
Después decidió lo contrario. Porque tendrá cosas malas, pero el cabrón es listo de narices.
Un día pensó que con este mundo convulso actual, los gobiernos endurecerían las leyes de migración, así que lo aprovecharía para lavar su imagen ante su propio pueblo.
¿Cómo?
En Enero de este año, por boca de su hermano, anunció que no ponía impedimento a su gente para salir. Y que cada país decidiera.
A día de hoy, la embajada española deniega la salida masivamente de personas que lo solicitan, inclusive a los que poseen carta de invitación por parte de alguien de este lado del charco.
Y ahora ya no es culpa de Fidel, sino de la madre que parió a Fidel y a todos los políticos españoles que deciden una vez más sobre nuestra libertad individual.

El mundo está loco. Y está tan loco, que ya lo vemos como normal.

Así que sí. Me cago en ti Mariano. Me cago en ti.
Y lo hago con más fuerza si te imagino con tus camaradas burlándote de una sociedad a la que robáis, pisoteáis, recortáis, confundís, margináis, y obligáis a hacer contra su voluntad.
¿Para quien gobiernas Mariano?
¿Para quien?

Un día alguien saldrá con un arma a la calle, y creeremos que es un loco, porque no seremos capaces de reflexionar que todas las señales fueron llevando a ello. Que la acción suele conllevar una reacción de igual medida e intensidad.
Y que si mi madre, mi hermano, mi sobrina, o alguien a quien quiero, muriese en un país extranjero, por el simple hecho de no ser "legal", seguramente ese arma sería mía, y esa persona sería yo.
Y la repercusión estaría hecha.
La chispa está ahí.
Mariano, este sistema sin conciencia y sin principios, caerá.
Y será digno presidente de este país quien tenga la preclaridad mental para verlo.


jueves, 16 de mayo de 2013

Resiliencia

Hace ya un mes y medio que me quedé sin trabajo. Uno de esos sucesos en la vida que no te esperas, pero que aceptas sin por qués.
Trabajé durante todo un año, en el ámbito de la psicología gerontológica. Sin experiencia, lo que intenté sopesar con dedicación y estudio.
De los dos, la dedicación ya no está. Así que ahora me dedico al estudio. Me estoy especializando en neuropsicología. Y mientras, me emociono cada Martes con el doctor macizo, Shepherd.
Por norma no me enseña mucho, pero de vez en cuando habla de ventrículos, tiene un paciente con afasia, o muestra una TC, y entonces me siento en conexión.

No me suelo permitir mirar atrás, pero te engañaría si no dijera que de vez en cuando lo hago. Como aquello que no nos conviene, pero en lo que alguna vez caemos.
Mirar atrás conlleva sus riesgos, así que hay que hacerlo con precaución. Puedes ver cosas que no te gusten, o que te gusten demasiado y quieras volver.

Mi vida ideal, de haberla cumplido a rajatabla, hubiera sido ser licenciada con 22 años, en época de súper-bonanza económica en este país y de muchas oportunidades laborales.
La real fue que maduré tarde, comprendí cosas tarde y, mientras tanto, tomé decisiones erróneas constantes.

Última planta, Medicina Interna, ahí está el área de Neuropsicología. Ahí trabaja una excompañera de carrera. Entre geriatras, neurólogos y neurocirujanos.
Esa compañera era callada en clase, siempre en la primera fila, las mismas amigas durante los cinco años de facultad. Y centrada. Ahora sé que esa chica ya había respondido a la pregunta ¿Qué quieres?

Es importante hacerte preguntas. Creo que más importante incluso que buscar respuestas.
Cuando te haces la pregunta idónea, la respuesta llega sola.
¿Qué quiero?
¿Soy capaz?
¿Me gusta mi trabajo?
¿Desearía estar en otra parte?
¿Qué quiero mejorar en mí?
¿Sigo queriéndole?

Preguntas.

Mirar atrás te permite ver los errores que cometiste, las decisiones que tomaste y te llevaron hasta este punto exacto.
Pero también te permite descubrir lo que mejoraste, lo que eras y ya no, y preguntarte sin miedo.

Yo ahora estudio porque realmente quiero. Porque lo disfruto. Porque me veo en esa última planta. Quizá no, pero quien sabe. Porque quiero ser mejor. Siempre se puede ser mejor. Cada vez que respiramos nuestra vida puede cambiar.

Mirar atrás es entender que una vez creímos no poder llegar hasta aquí y, en cambio, ahora estamos.
Que ya no importa lo que fuimos, porque ahora somos.

Entonces me detengo, miro hacia delante, y sigo estudiando.
 

sábado, 11 de mayo de 2013

Paolé

 
Hay personas inmensas por ahí. Anónimas. Que en apariencia no te transmiten tanto como lo que finalmente guardan.

Esta noche miré a una mujer a los ojos. Increíble. Sorprendente. Gigante en sus actos, inteligente en sus palabras.
Aceptando que él se vaya, pero plantando firme su corazón en el mundo.
Con lágrimas, pero sin rencor.
Entendiendo que la gente toma sus decisiones. Respetándolas, aunque vaya en su contra. Y a pesar de ello, generosa de sentimiento.
Tomando su propia decisión.

Yo la miraba. Como quien mira la esperanza en un futuro mejor, compuesto por pequeñas migas, porque eso es lo que somos todos, pequeñas migas de lo que podemos terminar aunando juntos.

La miraba y no quería estar en su cuerpo.
Resignación, para dejar marchar a quien quieres.
Intuyendo que si se va para no volver(te), seguramente tú quisiste más que él.
Pero aun así queriendo, hasta el final, hasta esa terminal de aeropuerto, en ese viaje de vuelta a una vida en la cual él ya no estará.

Los sentimientos son insospechados. A veces te atraen con fuerza desmedida, y otras en cambio, tienen apenas el tirón de una leve brisa.

Te admiro.
Has jugado tus cartas como toda una señora.
Maravillosa mujer que amó.
Que hoy pierde, pero se lleva un valioso tesoro. Su propia esencia.
Tus grandes acciones quedan ahí. Y a él lo acompañarán por siempre.

Quizá no supo corresponder tu forma de amar. Y, sin embargo, tuvo el privilegio de tenerte. Fue tocado con la varita de lo inalcanzable, porque desde el principio, para mi, fuiste una mujer con luz propia, esa luz para la que no todos los hombres están destinados.

Suerte en tu nueva vida.
Eres grande, y como tal vivirás.