sábado, 12 de enero de 2013

Carta de una madre. Magia

Hace días encontré la siguiente carta por casualidad. Me encantó. La convertí en una botella al mar y se la hice llegar a los abuelos con los que trabajo. Muchos se quejan del olvido y la indiferencia a los que les han condenado sus hijos, nietos..

A día de hoy, esa botella al mar viaja a océanos aun más lejanos. Trabajadores. Familias. Visitantes. Se acercan a mí y me cuentan de su emoción al leerla. Hijos de residentes que padecen lo mismo a su vez con sus hijos.
Y ahí está el milagro.
Ayer un familiar me preguntó: ¿Tú crees que esa carta conseguirá algo?

Creo que puede hacerlo.
Creo que cuando las palabras mueven sentimientos, el cambio ya se está dando.
Creo que el milagro surge en el momento en el que la ilusión de una abuela es que se la lea una y otra vez porque ella ya no puede ver.
Sí, milagros ocurren todos los días. Aunque lo malo que nos rodea pretenda cegarnos.

Ahí queda la causante de todo lo bueno.

"Mi querida hija, el día que me veas vieja, te pido... por favor que tengas paciencia, pero sobre todo trata de entenderme. Si cuando hablamos, repito lo mismo mil veces, no me interrumpas para decirme “eso ya me lo contaste” solamente escúchame por favor. Y recuerda los tiempos en que eras niña y yo te leía la misma historia, noche tras noche hasta que te quedabas dormida. Cuando no me quiera bañar, no me regañes y por favor no trates de avergonzarme, solamente recuerda las veces que yo tuve que perseguirte con miles de excusas para que te bañaras cuando eras niña. Cuando veas mi ignorancia ante la nueva tecnología, dame el tiempo necesario para aprender, y por favor no hagas esos ojos ni esas caras de desesperada. Recuerda mi querida, que yo te enseñé a hacer muchas cosas como comer apropiadamente, vestirte y peinarte por ti misma y como confrontar y lidiar con la vida. El día que notes que me estoy volviendo vieja, por favor, ten paciencia conmigo y sobre todo trata de entenderme. Si ocasionalmente pierdo la memoria o el hilo de la conversación, dame el tiempo necesario para recordar y si no puedo, no te pongas nerviosa, impaciente o arrogante. Solamente ten presente en tu corazón que lo más importante para mí es estar contigo y que me escuches. Y cuando mis cansadas y viejas piernas, no me dejen caminar como antes, dame tu mano, de la misma manera que yo te las ofrecí cuando diste tus primero pasos. Cuando estos días vengan, no te debes sentir triste o incompetente de verme así, sólo te pido que estés conmigo, que trates de entenderme y ayudarme mientras llego al final de mi vida con amor. Y con gran cariño por el regalo de tiempo y vida, que tuvimos la dicha de compartir juntas, te lo agradeceré. Con una enorme sonrisa y con el inmenso amor que siempre te he tenido, sólo quiero decirte que te amo, mi querida hija .♥"

4 comentarios:

  1. Esta carta hace derretirse a las piedras y como lo cuentas hace que mi corazón lata a toda velocidad, gracias hermana por existir.TQ

    ResponderEliminar
  2. Seguro que conoces este vídeo, pero al leer tu entrada me he acordado de él:

    http://www.youtube.com/watch?v=Nr6vQOQBo4o

    Bss

    ResponderEliminar
  3. No Vero, no lo conocía! Y me ha parecido chulísimo..que ese pájaro vuele, y llegue donde tenga que llegar!
    Gracias por compartirlo.

    ResponderEliminar
  4. Jo vero! Justo al leer esta carta me he acordado de ese video, el cual tenía guardado. Me encantó la primera vez que lo vi y me sigue emocionando cada vez que lo veo. Preciosa carta Lore y precioso el gesto de comapartirla con los mayores y familiares de la residencia.
    QUE SIGA DANDO SUS FRUTOS!
    Un abrazo enorme, Lore.

    ResponderEliminar