martes, 2 de junio de 2015

Mi bandera es blanca y mi patria el mundo entero

Me voy a mojar, al menos hasta las rodillas, porque mira que he leído barrabasadas en esta semana.
A mi juicio no es cuestión de leyes, no es cuestión de sociedades, ni siquiera es cuestión de quien tiene razón.
La cuestión lleva un nombre: odio, y déjame decirte que se percibe en dos direcciones.

Se ha armado un belén porque un 0.01% de la población total española (incluyendo de momento a catalanes y vascos) ha cogido un silbato y se ha puesto a silbar.
Y a lo largo de los días la bola ha ido in crecento porque mágicamente se ha pasado del 0.01 al 99.9 a tenor de lo visto y leído. Mira que nos gusta super mega generalizar y creérnoslo como la biblia.
Catalanes a españoles: "Porque vosotros, españoles, sois tal y cual cosa, y deberiáis...."
Españoles a catalanes: "Porque vosotros, catalanes, sois tal y cual cosa, y deberiáis..."
Y sin darnos cuenta, ya estamos todos presentes, metidos en el saco, centrifugados y listos para disparar.
¿Qué te parecería la idea de sugerir a la RAE que creara dos nuevas acepciones a los términos catalanes y españoles como insultos de alto calibre?

¿Estamos perdiendo el juicio o qué?
¿Alguno de todos los que están saliendo en la TV o hablando gratuitamente por redes se ha molestado en pararse un minuto, solo uno, a intentar entender al otro, a intentar imaginar, deducir, comprender cómo el otro ha llegado a sentir, pensar y actuar de esa manera, y sobre todo, a buscar soluciones pacíficas que no pasen por el machete, las sanciones y la etiqueta de "bonito" al que piensa diferente?

¿Hay alguien de todos los que han dicho "zopencadas", de uno y otro lado, me da igual, que se moleste en sembrar empatía, cordialidad, y no odio y rencor de nuevo por lo que nos separa olvidando lo mucho que nos une y que debería seguir uniéndonos?

Como niños pequeños, los unos y los otros, por exigir al otro lo que debe ser, como tiene que actuar, y sino pataleta. En lugar de entender y buscar acuerdos.
Dime tú cómo narices se va a llegar así a un entendimiento ni con el vecino de al lado.
Porque, digo yo, que el objetivo será entenderse y llegar a alguna postura razonable, ¿no? O ¿acaso es soltar mierda por deporte, y nunca mejor dicho?
No he visto nunca un cambio hacia una mejor convivencia que surja de la intransigencia, de la condenación del otro por sistema, de las posturas radicalizadas donde yo no cedo ni media y tú eres un anormal, y, en definitiva, de la incomprensión más absoluta.

Para mí, todo aquel político que venga a sembrar discordia y no, como sería deseable y bueno para todos, a unir, que se vaya a casa porque habrá fracasado.

No, realmente no es cuestión de quien tiene razón, porque creo que ningún bando la tiene.
Así que vivan con ello mientras siguen despotricando y arrancándose la piel a tiras. Veamos qué solución inteligente alcanzan con tanto odio, tanta estupidez y tanta ceguera mental.

Que les vaya bien, pero conmigo no cuenten.

Firmado: El 99.9% real de resto de españoles que queremos soluciones pacíficas desde la tolerancia y el entendimiento.

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