martes, 11 de noviembre de 2014

Tres pequeñas aladas

P.

Cuando pierdes la fe en ti.
Cuando eres soledad entre quien te quiere
y el miedo te puede.
Cuando el silencio es la norma
y el "por qué" invade el paisaje con la misma fuerza que el amor se escondió.

Cuando crees que no sobrevolarás las luces
Ni serás más que lo que fuiste.
Cuando el pasado ya no se cruza contigo en noches divertidas
Ni los que estaban vienen a bailar.
Tú, amigo mío, que no mueves tu cuerpo al ritmo de tu corazón
Alegra tú te.

Cuando lo que no hiciste te persigue ya inalcanzable
Y lo que sí comienza a restar.

Cuando dudas del camino.
y del caminar
y del caminante.

Y la distancia duele
Pero duele aun más porque tu persona no está
ni lejos.

Cuando la realidad te engulle
y te sientes chiquitito.
Y no encuentras salida posible.

Cuando eso pasa
Toca fondo.

Ahora subir es la única opción.
Así que respira.

Lo que pienses, sentirás.

Así que grita: soy extraordinario.
Y vuelve a la carga.

Tú, mundo de posibilidades.
Estrújate.
Resuena.
Dinamítate.
Improvisa mil "cómo" ser feliz.
Y viaja al pasado.
Baila con ella y con él. Con los que se fueron.
Y agita tu fortaleza, amigo, como siempre hiciste.
Tú.

Inventa mil mentiras que serán tus verdades más poderosas.

Y recuerda sonreír.
Y olvida riendo.
Porque lo malo se irá.
Si lo dejas ir.

Verás..


Yo también tengo miedo.
De no hacer de mi vida lo que soñé.
De no quererte lo que siento.
De no sentir lo que quiero.
Tengo miedo de la forma que me mira.
Por si un día me desprendo y me pierdo.

Tengo miedo a que te vayas.
Por si no disfruté lo suficiente...te.

Tengo miedo del día por si se va.
De la noche y mis fantasmas.

Yo también tengo miedo.
Tengo miedo de mi misma.
Sobre todo de mi misma.




Érase una vez una niña que calló.
Y se cayó.

Un día imaginó la eternidad.
La grandiosidad.
Lo bello y perfecto.
Cada día lo regaba.
Y salían flores.
Y salían palabras, y bellos versos.

E inventó un nosotros.
Te quiero.
Aunque mentira.
Y me quieres.
Aunque no a mí.

El tiempo a tope.
Que se esfumó.

Al principio
Más no al final
No hubo brebajes, ni pócimas mágicas.

Se consumió en el silencio.
Cambió en el silencio.
Se fue en silencio.

Y él no miró atrás nunca más.
Ya la había conocido.
Lo supo siempre.
La quiso por siempre.
Más nunca la buscó.

Y a pesar de todo
Del uno sin la otra
De la otra sin ella misma
Vivieron felices y comieron perdices.
 

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