domingo, 12 de enero de 2014

Prejuicioso..¿quien, yo?

Conozco a una xenófoba. A un homófobo. Y a un perro que odia a los gatos.
En ese orden.
Y los quiero a los tres por igual.
Aunque no comparta sus fobias.

Entiendo que la animadversión ante lo diferente es inherente al ser humano. Si piensas diferente a mí, si actúas diferente a mí, si tu foco de placer es diferente al mío, siempre mi primer instinto/instante es una alerta en mi interior, casi salvaje, de supervivencia.
Y si encima interpreto con mi cabecita ese instinto/instante como una negativa verdad verdadera hemos logrado que los prejuicios echen a andar.

Estos prejuicios no dejan de ser otra cosa que creencias. Normalmente transmitidas cultural o generacionalmente. Latentes en la sociedad y peligrosas, porque se contagian sutilmente. En la televisión, en un libro, en una forma de tratar al otro diferente, oyendo hablar a alguien con el que te identificas y que tiene esa misma creencia..y quedan en el inconsciente colectivo.

Por ejemplo.
Instinto/instante: A ese tío le gustan los hombres, es diferente a mí.
Interpretación: Si yo soy buena gente y no me gustan los hombres, este tío es malo.
Prejuicio: Ese tío (y por ende los homosexuales) es un enfermo vicioso.
Consecuencia lógica: "Vais vais, no te me acerques"

Eso es a grandes rasgos lo que nuestra mente realiza en cuestión de milisegundos, tan brevemente que no se realiza a nivel consciente, es decir, no me doy cuenta de ello, es decir, el objeto de mi prejuicio está jodido.

Pero a veces ocurre que sí. 
Que uno de repente se detiene y analiza lo que piensa y por qué lo piensa.
Y entonces se inicia un posible cambio.

Así pues.
Análisis: Pepito es homosexual, pero es mi amigo.
Embrollo: Si Pepito es mi amigo es porque es bueno, entonces ser homosexual igual no es tan malo.
Conclusión: Pepito, ¿qué teorías hay que expliquen la homosexualidad? Cuéntame....Uy, ¡no sabía yo eso!

Y entonces se abre un universo de claridad de ideas.

Tener la piel negra es una cuestión de pigmentación, no cultural ni de personalidad.

Ser hombre y amar a un hombre o ser mujer y amar a una mujer hasta ahora tiene como bases más fidedignas las biológicas. No de vicio, aunque lo haya. No de enfermedad, aunque la haya.
Pero es que entre los heteros hay vicio (ejem, ejem..jejej), hay enfermedad, y salimos de bases biológicas también.

Todos nosotros tenemos el don de cuestionar lo que creemos, de desmontarlo y de buscar una explicación más plausible.
El problema está en que lo que creemos, sea acertado o equivocado, nos construye, nos define y nos orienta en lo que somos. 
Y muchos de nosotros no queremos correr el riesgo a perdernos por el "mero" hecho de cambiar este mundo, de hacerle más entendible, más solidario y mejor.

Así que seguiré pensando que el homosexual es un enfermo, el negro un ser inferior y el gato un pesao que me roba la pelotita.

2 comentarios: